Si no le has enseñado desde cachorro, te será más complicado evitar que tu perro ladre cuando suene el timbre de casa, pues asocia el sonido del timbre con la visita de una persona querida, lo cual siempre resulta emocionante, o con la llegada de un desconocido produciéndole estrés y nerviosismo.
No obstante aquí te detallamos algunas recomendaciones que te ayudarán a comprender la situación y a intentar mejorar su comportamiento.
Guardianes por naturaleza
Es necesario tener en cuenta que, salvo en algunas razas más tranquilas, la naturaleza del perro es ladrar para proteger el hogar familiar y alertarnos de la llegada de alguien conocido o no. Si los ladridos y la exaltación es leve, podremos considerarlo como una actitud normal. Sin embargo, si su comportamiento es incontrolable, y el perro se estresa en exceso, debemos adoptar una actitud mediante la cual nuestro perro entienda que tú te haces cargo de la situación y puedes atender sin peligro a los recién llegados.
¿Qué solemos hacer “mal” ante esta situación?
De antemano sabemos que nuestro perro va a ladrar si suena el timbre y nosotros, pon ende, ya estamos nerviosos, esto hace que intentemos sujetarle, le encerremos momentáneamente para que no tenga acceso a los recién llegados y le regañemos… en definitiva, le transmitimos nuestros nervios. Nuestro perro no sabe si es algo negativo o no, tan solo que cuando suena el timbre, hay revuelo y eso le encanta, así que su actitud siempre será la misma.
Cómo evitar que tu perro ladre cuando suene el timbre
Ante todo tenemos que armarnos de paciencia y mantener la calma, recordemos que siempre, siempre, transmitimos nuestro estado de ánimo a nuestro perro, de modo que si nosotros estamos tranquilos, él también lo estará.
Podemos probar con el refuerzo positivo
- Premiándole tras obedecernos cuando le pidamos que se siente a nuestro lado y mantenga la calma en el momento en que suene el timbre y abramos la puerta.
- Premiándole cuando se tumbe tranquilo en su colchoneta cuando suene el timbre.
También podemos intentar que deje de asociar el timbre con la llegada de alguien, de modo que haremos que suene el timbre y que vea que no hay nadie cuando abramos la puerta. Repetiremos este ejercicio varias veces, hasta que nuestro perro pierda el interés y deje de asociar el sonido con la llegada de algún ser querido o con desconocidos.
Si tras probar con estas recomendaciones tu perro sigue poniéndose nervioso en exceso, y no has conseguido reconducir la situación, no dudes en solicitar consejo a un etólogo canino.
¡Esperamos haberte ayudado!