Tenemos que tener muchísimo cuidado con la Oruga Procesionaria del pino pues entraña un gran peligro para nuestros perros y para nosotros mismos.
Seguro que no ha pasado desapercibida para ti si paseas por parques y bosques, sobre todo por su particular forma de desplazarse unidas en fila india unas a otras como si estuvieran en “procesión”, no obstante, vamos a darte más información sobre este peligroso insecto.
Se trata de una oruga muy llamativa de color negro y gris de unos 4 cm de longitud. Su cuerpo está cubierto de pelos con púas anaranjadas urticantes que puede lanzar como si fueran dardos cuando se siente amenazada y no solo son peligrosas por el contacto, sino que estas púas pueden desplazarse varios metros a través del viento y su toxina no pierde su efecto.
Cada oruga dispone aproximadamente de 500.000 pelos y el contacto con los mismos puede entrañar diversas reacciones cutáneas o problemas de muchísima gravedad tales como lesiones oculares, anafilaxia severa (reacción alérgica muy grave que puede poner en peligro la vida) tanto en animales como en las personas. Es por ello que debemos extremar la precaución cuando salgamos a pasear con nuestro perro, más aún si es cachorro ya que su inexperiencia potenciará su curiosidad por estos bichitos en movimiento y le hará estar más expuesto al peligro.
¿Qué síntomas puede tener nuestro perro si ha estado en contacto con las orugas procesionarias?
Los síntomas son muy visibles y evidentes, por lo que nos daremos cuenta enseguida de que nuestro perro no está bien y debemos acudir a la consulta del veterinario lo más pronto posible.
Puede aparece salivación excesiva así como reacciones inflamatorias agudas en el hocico, boca, lengua y almohadillas por el contacto con el insecto. La lengua puede tornarse de un tono azulado llegando a producirse una necrosis de la misma.
Los ojos pueden presentar enrojecimiento, inflamación y conjuntivitis severa.
Además de esto, puede producirse un episodio de vómitos por los daños ocasionados en el aparato digestivo y respiratorio, acompañado de dificultad para respirar o asfixia en el caso de que haya tragado alguna púa.
En el peor de los casos el perro puede empezar a convulsionar y padecer un shock alérgico, pudiendo llegar a ser mortal.
¿Cómo debemos actuar si nuestro perro ha estado en contacto con la oruga procesionaria?
Como hemos dicho anteriormente, debemos acudir al veterinario urgentemente, para que pueda examinar a nuestro peludo y aplicar el tratamiento necesario.
Si nos encontramos en un lugar alejado y prevemos que vamos a tardar un tiempo en llegar a la clínica veterinaria, podemos aclarar con agua templada la zona afectada sin frotarla.
Sabemos que es difícil, pero es importante que intentemos mantener la calma en todo momento.
Si no disponemos de guantes, no tocaremos a nuestro perro para evitar contagiarnos.
Evitaremos que el propio animal se lama o se rasque la zona afectada, para que no se extienda la toxina.
Como siempre decimos ¡es muy importante la prevención! de modo que te recomendamos evitar en la medida de los posible, las zonas donde puedas encontrar orugas y ante cualquier duda, no le quites la correa a tu perro durante el paseo.